domingo, 17 de junio de 2012

Rol del vocero en una situación de crisis/ comunicación de crisis:



 Francisco Lagos: 

Portavoz o vocero es el responsable dentro de una organización para dirigirse a los medios de comunicación. Puede ser el presidente/consejero delegado, el director de relaciones públicas u otro alto directivo designado por la organización para tal fin o bien recaer en alguien diferente especialmente designado para tal fin.
Es habitual que los portavoces reciban formación específica para mejorar su desempeño frente a los periodistas.
Los voceros juegan un rol fundamental en la estrategia de comunicación de las organizaciones. Muchas crisis corporativas se generan o se incrementar a partir de erráticos procesos de comunicación entre los voceros y sus audiencias, particularmente los medios de comunicación.
También muchas situaciones de crisis son superadas a corto, mediano o largo plazo gracias a una buena estrategia de comunicación y a la actuación adecuada del porta voz de la organización el vocero.
En otras oportunidades los voceros corporativos caen en el llamado “Síndrome Cantinflas”, dicen mucho sin decir nada con más incoherencias que aciertos. Otros pronuncian frases hechas.
El objetivo de todo vocero es ser creíble. La credibilidad nace de una actitud transparente, genuina, natural. El buen vocero es consecuencia de la suma de mente, cuerpo y corazón, la mente para fundamentar el mensaje sobre argumentos sólidos y verificables por los interlocutores, cuerpo para mantener una comunicación no verbal idónea que genere percepciones favorables sobre el mensaje y corazón referido a una disposición de apertura constante al diálogo y al entendimiento.
Ejemplos de mala voceria:
Ø      Particular fue el caso del agua mineral Perrier a principios de los noventa. Autoridades norteamericanas descubrieron que el agua tenía rastros de benceno, una sustancia altamente cancerígena. De inmediato se activó la crisis en la empresa. En Francia, la casa matriz, Source Perrier y sus voceros cometían errores que incrementarían la crisis. Dos días después del anuncio en los Estados Unidos, un vocero dijo que el origen del benceno era un detergente limpiador utilizado en la planta embotelladora y que el tema estaba resuelto (en ese momento el origen del benceno era desconocido). El representante para América del Norte afirmó sin tener información validada que el problema se limitaba sólo a EE.UU. Esas afirmaciones eran falsas y una crisis de comunicación de grandes proporciones se desató. El aprendizaje: falta de alineación interna para administrar la crisis, una deficiente política de vocería, mensajes inoportunos, especulación, y subestimación de los medios, autoridades y otras audiencias.
Ø      La crisis de BP en el Golfo de México también ofrece interesantes anécdotas, como aquella en la cual un ejecutivo de BP dijo a la BBC de Londres que “la compañía no va a ser juzgada por un accidente que, francamente, no es nuestro”, cuando la opinión pública estaba volcada esperando una respuesta coherente de BP frente a la catástrofe.

En estos casos se puede observar como gracias a una mala comunicación, una mala actuación del vocero o de un portavoz de la organización, o un mal uso de la palabra, como uno puede perder la reputación, la imagen, que construyo durante años, por el simple hecho de una incorrecta.
Generalmente se suele hablar de un Comité de Crisis el cual esta compuesto por las personas más idóneas para enfrentar la situación de crisis  de acuerdo a la naturaleza de ésta. En el comité deben estar presentes dos tipos de personas: Las relacionadas con la resolución funcional del conflicto y las encargadas de enlazar y coordinar a los distintos departamentos y áreas de la compañía. Estas últimas deben ser personas clave en la organización, que gocen de buena imagen y que posean un talante flexible y dialogante.


Desde mi punto de vista, esto son los miembros iniciales y permanentes, a los que habría que agregar especialistas de diferentes ramas, dependiendo de la causa, razón o circunstancia que ha generado la situación de crisis. Por ejemplo, si ha habido una explosión en una fábrica de químicos, es indudable que un especialista en esa área debe integrarse al equipo de manejo de crisis. Si se trata de conflictos laborales, es otro profesional, acusaciones de fraude, productos en mal estado, delitos informáticos, raptos, etc. Cada caso es muy particular y requiere el concurso de especialistas muy puntuales.
No podemos obviar en este comité de crisis la designación de un vocero o portavoz de la empresa. En la mayoría de comparecencias ante los medios de comunicación, será la persona autorizada para hacer declaraciones y dar opiniones y posiciones oficiales de la empresa.
En tiempos de crisis, lo más lógico es que este papel lo debe desempeñar el director de comunicaciones o relacionador público por su experiencia y conocimiento del manejo de los representantes de los medios de comunicación, con quienes, por lo general, mantiene buenas relaciones.

Sin embargo, en algunas ocasiones las situaciones de crisis exigen una gran competencia técnica, manejo de temas muy especializados; aquí lo más recomendable es designar a un experto y entrenarlo  en el manejo de las entrevistas con los medios de comunicación.

El vocero no sólo es responsable de los mensajes que se transmiten sino que también debe estar involucrado en su elaboración para hacerlos suyos. Las palabras y las personas deben coincidir. El vocero no solo lee el mensaje sino que es el mensaje y debe mostrar que cree en lo que dice. Si el vocero no entiende perfectamente el propósito del mensaje o las recomendaciones tendrán problemas en asumir el estado de confianza necesario para transmitir seguridad y credibilidad.
El vocero debe estar disponible las 24 horas del día y proporcionar los números telefónicos donde se le puede localizar. Nunca debe especular sobre situaciones desconocidas. Con el fin de reforzar la confianza, prepare con anticipación paquetes de información general y trate de actualizar la información. Cuando existen lapsos en el flujo de información se estimula la especulación y aumenta la ansiedad. 
Es necesario mantener la discusión enfocada en los hechos.

10 mandamientos:

No mienta. 
No diga nada que no quiera que se divulgue. 
No conceda entrevistas con prisa. 
No dé respuestas largas ni incoherentes. 
No repita ni las palabras ni las frases negativas de los periodistas. 
No pierda el control de la entrevista. 
No use jerga. 
No se sienta obligado a responder. 
No empiece una entrevista si no tiene un objetivo claro de comunicación. 
No empiece una entrevista si los mensajes que va a comunicar no son concretos. 




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