martes, 19 de junio de 2012


 

¿La vida líquida llegará a su fin?



Bauman sostiene que vivimos en una sociedad moderna definida como una sociedad líquida. Esta tiene por característica estar formada por personas que son completamente consumistas, y que depende del consumo para vivir y sobretodo para sobrevivir. Esta sociedad mantiene vivo el ciclo del consumo, y permite  hacer permanente la insatisfacción del consumo en cada uno de los consumidores. Ya que los productos son diseñados para ser desechados en un corto plazo, pero, sembrando a la vez una satisfacción en el consumidor. La necesaria para que el mismo, se descarte del producto ya viejo e inútil, para volver a consumir otro. Puedo citar varios ejemplos de este tipo de productos, empezando por las bolsas de plástico, siguiendo por los vasos de café y terminando por los celulares o las computadoras que tienen una vida útil corta.
Esta sociedad líquida, se caracteriza también por llevar una vida consumista. Donde el consumo está presente en todo momento de la vida de las personas, y en todos los aspectos. Las personas deben vivir al tanto de los nuevos conocimientos que se deben refrescar semana a semana, porque sino uno será incapaz de decidir “quien es”. El consumo lo define a uno, le da cierta identidad. Y estar por fuera del consumo, es no pertenecer a la sociedad en la que todos viven.
Este consumismo se ve reflejado también en el cuerpo de la persona, en la figura física. Otorgándole así un valor final al cuerpo. En el cual no existe un estado normal de forma física sino que siempre uno se exige más. Llegando así a una sociedad caracterizada por el sello de la bulimia y la anorexia.

¿Es la actualidad realmente así? Me animo a pensar diferente a Bauman en algunas cuestiones. Quizá siendo un poco más optimista y creyendo que no todo es consumo ni líquido.
¿Qué pasa con los sectores de la sociedad que no pueden acceder al consumo de manera tan fluida e indispensable como la que plantea el autor? A diferencia de lo que cree Bauman, creo que la sociedad consumista, la vida líquida, se da en la clase media, media alta y alta. No tan así en la clase baja, en la clase de los pobres; los desprotegidos del Estado, los que tienen falta de oportunidades. Puede que ellos también sientan la necesidad de consumir (y lo hacen pero para primeramente satisfacer las necesidades primarias), principalmente porque la sociedad en la que viven los empuja a eso (por ejemplo a través de las publicidades). Pero, no están excluidos de la sociedad o apartados de la misma ni dejan de vivir ni tener sentido porque no pueden consumir. Están excluidos por un factor aún más importante que el consumo. Puede ser que porque el estado en el que vivimos esté pensando en el consumo en vez de en las personas que ni siquiera pueden pensar en caer en este. Dado que tienen problemas mayores y más urgentes. Puede ser porque no se está pensando políticas públicas justa que brinde oportunidades iguales para toda la sociedad.
            El consumismo en este sentido, no hace más que (además de todos los males que conocemos que produce y que los presentados por Bauman) agrandar las diferencias que existen entre las clases sociales de una sociedad. Podemos hablar acá de la teoría de los desniveles del conocimiento, o de la brecha social. Cada vez más se agranda la brecha social en nuestra sociedad. Los pobres cada vez son más pobres y los ricos cada vez son más ricos; los pobres tienen cada vez menos posibilidades para acceder a estos nuevos productos cotidianamente consumidos por una parte de la sociedad, la parte consumista. Claro está que los que están pobres también consumen, pero, creo que lejos están de vivir en una sociedad de consumo. O de darse el lujo de desechar cosas que aún se utilizan, como vimos que sucede en la vida líquida que describe Bauman.  
            Concuerdo con que esta sociedad está cada vez más caracterizada por hombres y mujeres anoréxicas y bulímicas. Concuerdo con que gran parte de la sociedad está caracterizada y forma su vida en torno al consumo, entre otros.  Pero, me pregunto; ¿Cuánto tiempo más podremos vivir así? Con enfermedades mentales presentes en personas de la sociedad, con matrimonios que cada vez duran menos, con productos que son con el tiempo desechable (contaminando el mundo), con mujeres que retrasan la maternidad para enfocarse en su carrera y en su éxito personal, con el consumo presente en cada uno de aspectos de la vida de una persona pero aún peor, vendido y presentado como el bien deseable que logra satisfacer e insertar en la sociedad a las personas? ¿Porque cada vez hay más cosas, más productos, más consumo pero menos tiempo para las cosas que realmente nos hacen felices? Como los amigos, la familia, el tiempo libro.
Un fenómeno cada vez más presente es el llamado “Techo de Cristal”; es un impedimento que sienten  las mujeres al querer acceder a puestos altos en jerarquía, de organismos, empresas, etc. Pero, de apoco, este fenómeno va decayendo. Hoy Argentina tiene una presidenta al mando, Chile la tuvo, entre otros. Esto nos da esperanza de que el cambio depende de todos nosotros. Bauman sostiene que la mujer en la sociedad consumista prefiere dedicarse a su carrera profesional y no tanto así tener hijos y formar una familia. ¿Por qué no podemos pensar en una sociedad en la que se puedan hacer las dos cosas? Con horarios flexibles para las madres y mujeres que trabajan.
            No creo ni quiero que en el futuro (a corto plazo) se siga viviendo en una sociedad consumista. Pretendo hacer lo que esté a mis manos para impedirlo. Creo que podemos lograr cambiar los valores de ‘consumo’ y ‘desecho’ por ‘sustentabilidad’ e ‘igualdad’. La gente creo este ciclo de consumo, nosotros también somos gente, podemos crear otro sistema. By: Belén Alcácer Mackinlay

 


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