Edward Bernays |
Al hablar de Relaciones Públicas, no se sabe fehacientemente
quien fue el primero que puso en práctica la disciplina, por la diversidad y el
alcance que posee la materia que nos compete (se cree que fue Ivy Lee). Lo que sí se puede asegurar, es
quien fue el que volcó toda la práctica a la teoría, quien fue el observador
que tomó la decisión de plasmar
toda su experiencia en una hoja: Edward Bernays (1891-1995).
Bernays, fue quien escribió su libro “Propaganda” en
la década del ´20. Sin dudas después de leer su obra, podemos observar la
convicción que impone su teoría. Fue todo un visionario, tuvo un olfato
especial y ocasionalista, un estudioso de la opinión pública y la conducta de
los consumidores.
En la actualidad, cuando uno habla de las Relaciones
Públicas, no resulta algo muy habitual,
surgen preguntas como ¿Qué es eso?, ¿Trabaja en un boliche? (gracias al
degrado que le han causado a la profesión unos pocos), ¿Es lo mismo que periodismo? Todas esas preguntas, llevan a la conclusión,
de que es una disciplina relativamente reciente, y que no todo el mundo es
consciente de su existencia. Resulta paradójico que haya cierta confusión en la
actualidad, y que el autor haya hablado con tanta claridad y objetividad hace
más de ocho décadas.
La teoría que presenta el autor es realmente
innovadora. Resulta impensado que hace más de ochenta años se hable de Las relaciones Públicas. No sólo eso es
lo que sorprende, sino que esas teorías que nos ofrece el sabio Edward, tengan
una total vigencia en la actualidad, y que no escapen para nada de la vida
cotidiana actual.
“La propaganda nos rodea de los cuatro costados y no
cabe duda de que altera las imágenes mentales que nos formamos del mundo”[1]
sin duda se refiere a la persuasión que genera la propaganda (manipulación
según el libro). Hoy en día sucede exactamente lo mismo que antes ¿Qué es lo
que resulta llamativo? Que Bernays fue el primer hombre que tuvo la capacidad
oportunista e intelectual de escribir sobre el tema.
Bernays cuando detalla a la “vieja publicidad”, la juzga por su carácter reiterativo. Resulta
novedoso el razonamiento, en cuando a los ejemplos que cita. Afirma que una
persona no va a comprar un producto alimenticio sólo porque las publicidades
reiteren insoportablemente un mensaje. En cambio, si el mensaje se transforma
en el consejo de un médico, ese mensaje tomará cierta credibilidad y efectivamente la venta de ese producto resultará exitosa.
Acaso cuando miramos los avisos publicitarios de la actualidad, ¿No vemos un
médico recomendando cepillos dentales, medicamentos o productos de la industria
alimenticia? Sí efectivamente, y eso da pauta de la visión futurista que tuvo
Edward.
Lo mismo sucede cuando habla de la venta de pianos:
“vender pianos no me bastará con empapelar el país entero con un llamamiento
del tipo: ¡CABALLERO, COMPRE HOY MISMO UN PIANO MOZART! ES BARATO, LOS MEJORES
PIANISTAS TIENEN UNO. ES UN PIANO PARA TODA LA VIDA”[2].El
autor propone realizar un evento con conocidos pianistas utilizando pianos de
la marca. Lo mismo que sucedería en la actualidad, claro. Hoy en día sigue la tendencia
de convocar celebridades para publicitar un producto o espectáculo.
Implícitamente, da otros criterios que se han
convertido en una realidad actual como terciarizar el servicio de prensa (en la actualidad
existen diversas consultoras especializadas). O realizar un concurso de arte
para promocionar un jabón en la actualidad sería un acto de RSE (más
precisamente mecenazgo).
Otra particularidad se observa cuando detalla
rigurosamente las tareas y objetivos de un “asesor en relaciones públicas”. Ahora,
cuando leemos autores que hablan y aconsejan sobre el tema (como Daniel Colombo
en su libro “Sea su propio jefe de prensa”)
da la sensación que indirectamente lo citaran.
Últimamente, se ha reconocido al actual presidente de
los Estados Unidos, Barack Obama, por el buen manejo de la comunicación en su
campaña. Curiosamente, se ha podido demostrar que el mismo candidato electo ha
basado su campaña en las teorías de nada más ni nada menos que Edward Bernays[3].
En modo de conclusión, como ya se ha mencionado, vale
la pena resaltar la capacidad oportunista, intelectual y observadora de
Bernays. Luego de leer sus obras, se puede afirmar que efectivamente es el
padre y gestor de la teoría de las relaciones públicas. Como se comprueba, su
vigencia sigue intacta.
[1]
Bernays, Edward. Propaganda, España,
Melusina, 2008, p. 36
[2]
Bernays, Edward. Propaganda, España,
Melusina, 2008, p.17
[3]
Lo he leído en diferentes redes sociales y blogs Entre los cuales está: http://www.masconsulting.es/blog/2010/03/26/obama-el-gran-politico-bernaysiano/
consultado el día 12 de junio de 2010.
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